El castigo de Sísifo

Volvemos a hablar de mitología griega, en la línea en la que abordamos otros mitos como son el del vuelo de Ícaro y el del Ave Fénix.

El mito de Sísifo

Sísifo, hijo de Éolo, era el rey de Corinto, y su astucia era legendaria. Su vida estaba llena de engaños y tratos oscuros, siempre con el objetivo de obtener poder y beneficios personales. Fue un hombre que desafió a los dioses una y otra vez, engañando incluso a Zeus.

Según el mito, uno de sus actos más osados fue engañar a Hades, el dios del inframundo. Cuando llegó su momento de morir, Sísifo no se conformó con el destino común de los mortales. Logró engañar a Tánatos, el dios de la muerte, encadenándolo y evitando así que pudiera llevarlo al inframundo. Este acto significó que, mientras Tánatos estuvo atrapado, nadie en la Tierra podía morir, lo que trajo grandes problemas a los dioses, quienes dependían del ciclo de la vida y la muerte para mantener el orden del universo.

Sísifo encadenando a Tánatos

Zeus, indignado por el caos que Sísifo había desatado, intervino para liberar a Tánatos y, finalmente, llevar a Sísifo al inframundo. Sin embargo, Sísifo continuó usando su ingenio y, una vez en el inframundo, engañó a Perséfone (esposa de Hades, hija de Zeus y Deméter, diosa del inframundo) para que lo dejara regresar temporalmente a la Tierra, alegando que debía arreglar asuntos pendientes. Perséfone, confiando en su palabra, permitió su salida. Pero una vez de vuelta en la Tierra, Sísifo se negó a regresar al inframundo.

Sísifo convenciendo a Perséfone

Cuando finalmente los dioses lograron capturarlo, decidieron imponerle un castigo eterno que estuviera a la altura de su constante desafío a las normas divinas. Así, Sísifo fue condenado a empujar una roca gigantesca cuesta arriba por una montaña. Al llegar a la cima, la roca siempre caía de vuelta, obligándolo a comenzar de nuevo. Esta tarea se repetiría eternamente, sin descanso, convirtiéndose en el símbolo de un esfuerzo incesante y sin recompensa.

El castigo de Sísifo

Interpretación del Mito de Sísifo

El mito de Sísifo ha sido interpretado de diferentes maneras a lo largo del tiempo. Su historia representa temas como la resistencia humana ante lo imposible, el castigo por desafiar el orden establecido y la lucha constante de las personas en la vida.

Sobre lo que a mi me interesa incidir es sobre la sensación de estar atrapado en ciclos interminables, de trabajos que nunca terminan o tareas sin un fin aparente.

Las rutinas diarias y las obligaciones familiares y sociales pueden, en ocasiones, hacernos sentir como Sísifo, empujando una piedra que nunca deja de caer.

Naces, creces, estudias, trabajas y mueres

El mito de Sísifo en el trabajo

A nivel laboral podemos ver el mito de Sísifo en dos puntos de vista distintos del empleado. Por un lado la desmotivación (Boreout) y por otro el estrés (Burnout)

La desmotivación de Sísifo

Estar en un trabajo monótono, sin metas, sin cambios, sin reconocimientos ni retos, hace que te conviertas en Sísifo llevando todos los días la roca a lo alto de la montaña, para que está vuelva a caer y el siguiente día sea igual, volver a empujar la roca.

Esto genera lo que ya hemos hablado en este blog, el Síndrome del Boreout o desmotivación por aburrimiento.

El agotamiento de Sísifo

En ocasiones, las largas jornadas, los proyectos interminables y la presión por cumplir objetivos hacen que el trabajo se asemeje a ese ciclo eterno del mito. Para muchos, el trabajo puede sentirse como una carrera en la que, a pesar de los esfuerzos, el avance es mínimo.

Esta situación lleva a lo que se conoce como «burnout» o agotamiento laboral, un estado en el que la persona pierde la motivación y se siente atrapada en un proceso sin sentido.

Como Sísifo, la jornada laboral se convierte en una cuesta empinada que parece no tener fin, mientras que la «piedra» puede tomar diferentes formas: correos electrónicos, reuniones interminables, proyectos que no progresan.

La Carrera de la Rata

Esta sensación de repetición y esfuerzo sin recompensa es lo que se conoce como la «carrera de la rata». El término se refiere a la búsqueda constante de éxito, estabilidad económica y prestigio, que se convierte en una trampa. Las personas terminan corriendo en círculos, sin alcanzar un objetivo claro y sin poder salir del ciclo. En esta carrera de la rata, la sociedad impone metas siempre inalcanzables o variables, como un salario más alto, una mejor posición o una vida más cómoda.

La carrera de la rata

Al igual que Sísifo, en la carrera de la rata, las personas avanzan, pero solo para volver a empezar. Cada vez que se logra una meta, otra aparece en su lugar, y así se repite el ciclo. La carrera de la rata genera en muchas personas una profunda insatisfacción y una constante sensación de que, a pesar del esfuerzo, la meta siempre está más lejos de lo que parece.

De esto también hablamos en la la entrada sobre la jaula de oro.


Albert Camus y la Felicidad de Sísifo

Albert Camus, filósofo existencialista, reinterpretó este mito en su ensayo «El mito de Sísifo», argumentando que Sísifo representa el absurdo de la vida humana. Según Camus, la existencia en sí puede parecer absurda cuando no encontramos un propósito claro y nos enfrentamos a tareas que parecen inútiles. Sin embargo, Camus propone una visión distinta: aceptar el absurdo y encontrar libertad en él.

Albert Camus

Camus sugiere que hay que imaginar a Sísifo feliz cuando llega a la cima, pues en su aceptación de la tarea encuentra su sentido. La verdadera libertad, plantea el filósofo, surge cuando dejamos de buscar un propósito externo y elegimos nuestra actitud frente a la vida. Al asumir la monotonía con consciencia y sin resignación, Sísifo supera su castigo y encuentra satisfacción en su propio esfuerzo.

Por traducir, lo que sugiere Camus es un Sísifo que se siente feliz y orgulloso con el trabajo realizado al subir la roca a lo alto de la montaña. Se centra en que la realización de Sísifo sea dada por el esfuerzo realizado no por el sentido global en el que este esfuerzo participa. Esta forma de pensar te saca de la carrera de la rata y de la desmotivación por aburrimiento.


Mi reflexión

Yo, personalmente, he pasado en poco tiempo por las dos consecuencias de convertirme en un Sísifo (Burnout y Boreout). Y creo que la única solución posible es dejar de empujar la roca un rato y pensar si esto es lo que quieres o hay otros caminos con o sin roca que empujar.

Disfrutemos, como el Sísifo de Camus, cuando has terminado tu tarea, para poder romper la rueda de esfuerzo sin sentido. Valora tus esfuerzos pequeños y no necesariamente a nivel global.