¡Vaya! Lo siento mucho. Me he equivocado. No quería, pero por mi culpa esto no funciona bien. Pero, no te preocupes, vamos a arreglarlo, lo importante es saber lo que ha pasado y el porqué.
No sabéis la de puertas que te abre ser sincero y decir que la has liado parda, asumir que te has equivocado, que has cometido un error y que por tu culpa hay alguna consecuencia. Todo el mundo se equivoca, pero no todo el mundo sabe reconocerlo. El problema no es que la gente se equivoque, el problema es que la gente oculte que se equivoca.
A mi, personalmente, ser sincero, demostrar tus errores y trabajar por corregirlos me ha supuesto más beneficios que problemas. La gente, y más la gente que está ocupada, valora mucho la sinceridad y las ganas de hacer las cosas bien. Al final, esconder un problema solo puede hacer que agravarlo, generando más inconvenientes y demorando en tiempo, esfuerzo y dinero su solución.
Ten hijos, será divertido
Yo las he hecho de muchos colores algunas más jugosas que otras, pero desde el principio he comprobado que asumiendo tus errores, poniendo la flecha sobre ti y aportando soluciones todas las aguas se calman.
Tenso, pero no Nervioso
Hay otra frase o concepto que también me gusta mucho repetir y aplicar en un arranque o en una metedura de pata en la que estoy trabajando para solucionar es «Estoy tenso, pero no nervioso». Porque creo que ponerse nervioso, perder la calma, no ayuda a arreglar algo que no funciona. Tampoco tomártelo como si no fuera importante. Debes estar tenso, estar centrado en lo que está ocurriendo y en las soluciones a aplicar y, una vez pasada la marejada, aflojar la tensión hacia el humor, a ser posible.
Así… No…
Somos un equipo
Esto es otra cosa importante que debe salir de uno mismo. uando hay un error de un compañero de equipo, es un error de todo el equipo y vamos a solucionarlo, no a señalar al que lo ha generado. Hacer escarnio público de alguien solo ayuda a nuestro ego, no a solucionar el problema.
Última reunión de equipo de Accenture Botswana
Actuar como un equipo te hacer conseguir las cosas sin esfuerzo, porque además de trabajar te lo pasas bien. Los problemas se diluyen y los éxitos se engrandecen.
Ahora las máquinas son las que hacen la guerra pero tiene que ir un humano a configurarlas, ponerlas a punto y ordenar lo que deben hacer. Te ha tocado coger tu mejor arma y salir al campo de batalla a preparar tu batallón de combate de máquinas para atacar al enemigo. Tu enemigo está formado por un conjunto de tostadoras con sables, son viejas, obsoletas, pero ¡joder! ¡tuestan muy bien el pan!. Tu objetivo es que tus máquinas asuman ese tueste de pan de manera más eficaz, eficiente y que además sepan preparar café, bollos y muffins magdalenas. A tu derecha está uno de tus compañeros, es joven, pero tiene más huevos que el puto equipo entero de rubgy Neozelandés, a tu izquierda, otro de tus compañeros, es el conseguidor, consigue tabaco, chicles, «esa llave Allen» que te hace falta para apretarle a uno de tus robots la tuerca correcta, además es gracioso, mantiene la moral de la tropa en niveles casi de familia. Por encima vuestro está el jefe, pero le ves siempre dentro de la trinchera empalmando cables y cargando baterías para el asalto. Al otro lado de la trinchera, separados, pero no lejos, está el resto del equipo, algunos acaban de alistarse en el frente y no han vivido una guerra, pero tienen ganas y energía. Esa que a ti a veces te falta.
Oficinas Centrales
Tu has estado ya en muchas guerras de este estilo. Sabes a lo que huele la carne quemada de consultor al explotar una bomba en producción. Sabes a qué saben tus lágrimas unidas de sangre al estar más de 4 horas en una reunión absurda. Tienes cicatrices, escaras y marcas que te recuerdan batallas pasadas, fantasmas del pasado que se te aparecen por la noche. Pero todavía te sigue palpitando el corazón antes de entrar de batalla, todavía te llenas de satisfacción ante la batalla ganada y todavía sigues sintiendo el abismo al ser alistado en una nueva guerra o en la batalla final de la guerra. Ya no tienes miedo, ya no estás nervioso, estás tenso y preparado.
Has visto cosas que ellos no creerían
Ahora bien, hay guerras y guerras, hay batallas que puedes ganar y otras que nunca vas a ganar. Y las guerras no se ganan solo, necesitas a tu batallón, tu equipo, tu gente. Necesitáis trabajar como una orquesta, cada uno entrando a su tiempo, tocando su instrumento y sabiendo perfectamente lo que hace el otro y cómo realizar su trabajo. El director de orquesta debe guiar, controlar y ayudar a su orquesta.
Tocando Paquito el Chocolatero Tercer movimiento
Pero en medio de la guerra pueden pasar muchas cosas. Uno de tus compañeros, «el conseguidor», decide que esta guerra ya no va con él, que quiere alistarse en otro cuerpo armado, que quiere otras guerras. Has estado en muchas guerras y luchado codo con codo con muchos compañeros, muchas veces has sido tú el que ha abandonado la trinchera para buscar otros horizontes. Pero ahora estas en la puta Tercera Guerra Mundial, silban las balas por encima de tu cabeza, aprietas los dientes y el culo, te limpias el barro de la cara y agarras tu arma como si fuera tu cordón umbilical que te une a la vida. Miras a un lado, tu compañero joven está recargando su arma mientras, con la otra mano, está realizando un plan de ataque sobre el objetivo. Miras arriba, tu superior está de pie, encima de la trinchera, hablando por teléfono, con un cigarro en la boca y gritando como un loco. Pero miras al otro lado y ves que no hay nadie, ¡Mierda! ¡Darías una pierna por un café con un compañero!
¡Necesitamos más soldados!
Ese hueco en la trinchera será rellenado, nadie es imprescindible, pero para ti, que llegaste a esta guerra cuando ya estaba muy escalada y con muchas bajas, tu compañero generaba el ambiente necesario para aguantar el sonido de las bombas explotar en el exterior de la trinchera. Llevas mucho tiempo en muchas guerras, y has visto muchas bajas y mucha gente que abandonó la trinchera. ¡Maldita sea! ¡Tú también has abandonado alguna!. Y sabes que es posible que te encuentres en otras batallas, de otras guerras, con antiguos compañeros. Llegados a este punto, miras el vacío de tu izquierda y piensas:
En Navidad ya sabéis lo que toca, trabajar duro los eventos de Navidad de la empresa. Como ya comenté en el artículo «Vuelvo a «Cambiar de Rumbo»» desde el día 11 de Diciembre entré a formar parte de Deloitte como empleado. Bueno, pues el momento de entrada ha sido el oportuno para tragarse disfrutar de eventos de Navidad de la empresa y, claro, esto es Deloitte, no Desatranques Jaén, y aquí las cosas se hacen a lo grande.
Y no han venido los de auditoría
Y, claro, yo llevo muchos años de Freelance y eso de los eventos de empresa, team building y demás pues los tengo algo olvidados. Mis cenas de empresa eran algo distintas.
Cierto es que en alguna de las empresas en las que he trabajado de Freelance me invitaban a la cena de empresa también. Al final, mi forma de entender esto, es que es una forma de contratación, pero que formas parte del equipo de trabajo y eres uno más. Además que siempre intento generar buen ambiente y buen rollo y eso ayuda a que te inviten.
¿Sentado o de pie?
El Ying y el Yang de las cenas de Empresa. Se divide entre las cenas sentado y de pie. En la primera vas a cenar bien, incluso mucho, y en la segunda tendrás suerte si pillas algo. Cierto es que en las que estás de pie el ambiente se da más a que todos hablen con todos. Pero la línea de la borrachera se cierne sobre tus hombros al comer poco y beber mucho.
Yo prefiero llamar a cada cosa por su nombre y quiero cenar bien, no intentando cazar la bandeja de pinchos de tortilla. Ya habrá tiempo para mezclarse en las copas o lo que sea.
Soy un payaso pero porque quiero
En las reuniones de team building se realizan dinámicas de grupo, supuestamente, para generar lazos con la gente (se consigue). Lo que pasa es que a mi, cuando me dicen de hacer el tonto por imposición de guion, no estoy a gusto. Yo soy un payaso porque me sale solo, y es natural, no necesito que me insten a hacerlo.
Si mucho bebes y mucho comes. Arcoíris de colores
No vuelvo a beber
Partimos de la base de que yo, por el momento vital en el que estoy, ya no salgo de fiesta. Soy más de invitar a gente a casa. Y de beber, lo justo. Pero claro, llega la cena de empresa y vas mezclando brebajes, hasta que uno te planta una copa, y luego otra. Y claro, lo que para otro es una chorrada porque se beben ríos de alcohol, para ti es la subida al Tourmalet. Y llegas a casa y te da la pájara y piensas la frase «no vuelvo a beber»
Alguno sale crucificado de la cena de empresa
La productividad por las nubes
Al día siguiente, los que se hayan pasado van a ser menos productivos que la planta de plástico de la oficina. Echemos cálculos, si te has ido a dormir, con suerte, a las 5, con más copas en el cuerpo que Rafa Nadal, y toda la noche de pie y meneando el pandero, ¿Qué energías vas a tener a la 9 de la mañana?
Si sabes salir, sabes currar con resaca
Cierrabares
Los hay profesionales, Senior Consultants en esto de las fiestas e incombustibles. Yo soy un poco cenicienta, a las 12 me convierto en calabaza, además que tengo una vida ajetreada y responsabilidades que atender en casa y no me puedo permitir estar muy mermado de capacidades al día siguiente.
¡Superbirra! y su compañero Chupito
Pero hay gente con superpoderes, deberían donar su hígado a la ciencia porque no es ni medio normal. Mis 12 de la noche se convierten en sus 6 de la mañana, y al día siguiente a currar. ¿Juventud? ¿Pacto con el diablo? ¿Evolución como especie que se adapta al medio (la función crea el órgano)? ¿Mutaciones a lo X-Men? No lo sé, pero están entre nosotros.
La cesta de Navidad
Llevo 13 años de Freelance y justo antes estuvimos en la crisis del 2009 donde ya no había cesta (ni subida de sueldo). Llevo mucho tiempo sin recibir una cesta de Navidad. Y el primer día de llegada a Deloitte, salgo con una ¡ja!. Yo que estaba acostumbrado a comprármela en el Mercadona.
Este año Jamón York, Tomate frito y Friegasuelos
Conclusión
Esto de las cenas de empresa es un mundo en sí mismo. Mucha gente se quita la careta y otros se ponen dos más. Está bien que la empresa quiera agradecer el año de trabajo a los empleados y además establecer lazos de equipo y comunidad. Pero yo siempre empiezo con pereza y sin ganas de ir, luego con cierta tensión e incomodidad al llegar, luego me lo paso bien y hablo con mucha gente y al final con una sensación que «No vuelvo a beber».
¡Nos vemos en la siguiente!
Ayer no me saludabas. Hoy eres el rey de la fiesta
Aprovechando que ahora cumplo 13 años de Freelance (que es como decir autónomo pero más chulo), y después de pasar por muchos clientes, proyectos, consultoras y haber impartido un puñado de cursos de formación, voy a intentar dar mi opinión acerca de qué significa ser Freelance, en concreto en el mundo de la consultoría TI.
Freelances Si los encuentra, no dude en contratarlos
¿Qué es ser Freelance?
Bueno, esto tiene varios puntos de vista.
El más pragmático es ser un trabajador autónomo que trabaja con contratos mercantiles y factura su trabajo realizado a un coste marcado en dicho contrato.
Por otro lado, también se podría decir que un Freelance es un loco, que decide salir del paraguas de una empresa sin su mochila de indemnización por despido, sus vacaciones pagadas, sus bajas pagadas, su plan de formación, su plan de carrera y todas las gestiones delegadas en el departamento de recursos humanos de la Empresa (eh! Espera! ¿Qué coño estoy haciendo?)
Afuera hace frío
Lo que yo entiendo como Freelance es un experto, un referente en su campo, al que contratar asesoramiento experto y para asegurar la consecución de los objetivos empresariales.
¿Cuál es la transacción para «Dar cera, pulir cera»?
No soy un mercenario
Yo no sé si seré un Freelance al uso o soy un caso raro, pero para mí ser Freelance no es ser un mercenario que no se implica en nada más que recibir un encargo, realizarlo y cobrar por ello.
Jóvenes freelances
Para nada, yo si me contrata un cliente o consultora me pongo en la piel de un empleado de dicha empresa. La forma de contrato es un mero formalismo. Somos un equipo con los objetivos que nos marquemos y vamos todos a una.
¿Cómo ha de ser un Freelance?
Bajo mi punto de vista, un Freelance debe tener un conjunto de las siguientes cualidades, no necesariamente todas:
Experiencia: Quizás la más subjetiva, porque, como vimos en la entrada Ser Consultor o en la Juniors y Seniors, los años no implican, necesariamente, aprendizaje y evolución.
Especialización: Ser un freelance es, o yo lo entiendo así, un especialista al que contratar porque no tienes nadie en la plantilla que haga ese trabajo. Tienes que buscar un nicho, lo suficientemente demandado pero sin demasiada oferta (en eso no puedo ayudarte).
Capacidad de aprender: Fundamental. Un freelance debe saber moverse entre la incertidumbre, dando un aspecto de absoluta seguridad y sabiendo adquirir conocimientos apalancándose en conocimiento ya adquirido previamente. A mi ponme a hacer procesos logísticos, de recursos humanos o lo que quieras. Seguro que algo saco.
Saber hablar en público: Fundamental. Tú eres tu escaparate, debes saber hablar en público ante audiencias pequeñas y medianas (lo de dar una conferencia ya es para otro rol)
Flexibilidad: Mi mantra al respecto es «Si me das flexibilidad, te doy flexibilidad». El objetivo no es trabajar 10 horas todos los días, es estar disponible por si te necesitan. A un freelance hay que medirle por el resultado, no por el tiempo y, si es así, la disponibilidad estará garantizada.
Seguridad: Seguridad en tí mismo, en tus capacidades, en tus palancas de conocimiento, en tu experiencia.
Asertividad: Según la RAE «Dicho de una persona: Que expresa su opinión de manera firme.» Tiene que ver con los anteriores puntos de Seguridad, Saber hablar en público.
Empatía: Saber leer lo que el otro necesita, ya sea el cliente, un compañero, tu manager, etc. Da igual, es una capacidad muy valiosa y poco valorada.
Networking: Es la palabra anglosajona de decir red de contactos, pero queda más chula. Es importantísimo contar con amigos, antiguos jefes, compañeros, clientes que te valoren. Nunca se sabe donde vas a terminar ni qué puertas se van a volver a abrir. O quien te va a llamar.
Imagen de relleno que he puesto para que quede chulo
¿Cómo empezar a ser Freelance?
Bueno, lo primero de todo es tener valor, como he dicho antes fuera puede hacer frío, y hay gente muy friolera por el mundo. Además del valor debes ser consciente de tus capacidades, tus habilidades y tu conocimiento, así como tu actitud ante los retos que te esperan.
Consultores saltando a ser Freelance. Alguno va sin el paracaídas puesto
Un consejo que suelo dar en estos casos es no saltar sin algo a lo que aferrarse. Es decir, consigue un proyecto de media/larga duración prevista donde te contraten como freelance, consigue un mentor, una empresa o un recruiter que te mueva siendo freelance. Para eso ya habrás tenido que demostrar que eres bueno, claro.
Además tendrás que conseguir una gestoría que te haga todo el papeleo de facturas, IRPF, IVA, asesoramiento fiscal y contable, etc. (es un mundo maravilloso)
A nivel contable ten en cuenta que lo normal es que te paguen a 60 días, es decir, trabajas un mes y no cobras ese mes hasta dentro de dos. Eso solo es un problema al arrancar, pero tenlo en cuenta. Y pregunta el periodo de cobro que a veces es menos o más.
Llevo 90 días sin cobrar no tengo ni para patatas
Además, ten en cuenta que en factura, tendrás que poner un IRPF del 15% fijo, y si a final de año has cobrado bien (ojalá) te tocará devolver el IRPF que te toque, lo cual puede ser un palo. Tenlo en cuenta para evitar la sorpresa.
Hay más aspectos a tener en cuenta, aspectos más técnico/administrativos, pero veamos si os interesan y si es así incidimos en lo que veamos.
Al principio puse el título de la entrada como «Juniors vs Senior» pero esto no se trata de una competición, es más, ambos son necesarios y complementarios e, irremediablemente, un senior en algún momento de su trayectoria profesional fue Junior.
La cara del senior no es por los años. Es que ahora tiene hijos.
El motivo del artículo es porque he visto que con el tiempo, por lo menos en mi sector (SAP), la transición de Junior a Senior ha cambiado. Cuando yo empecé en esto (no soy tan viejo ¡eh!) había una gran demanda de profesionales SAP y poca oferta de profesionales. Esto hacía que te «promocionaran» rápidamente, ¡ojo!, tanto a nivel de responsabilidades al haber escasez de recursos, como a nivel retributivo por la necesidad de retener el talento.
Esta situación hacía que te enfrentases, como Junior, a situaciones de cierta responsabilidad de forma rápida, y tu curva de aprendizaje se acelerase. Además, si eras bueno en esto (pequeño detalle sin importancia), si querías salir al mercado laboral tenías muchos pretendientes. Yo, con solo 1 año de experiencia, me habían subido el sueldo 3 veces, ya actuaba como analista y llegué a tomarme un parón de 4 meses para viajar y, al volver, hice como 20 entrevistas consiguiendo subida sustancial de salario.
El tema es que ahora veo que hay varios tipos de juniors y seniors.
Juniors eternos
De unos años a esta parte veo algunos juniors que lo son, por lo menos en cuanto a responsabilidad y tareas, durante más de 2 años. Supongo que el salario habrá ido subiendo, pero no se le ha dado al profesional (o no lo ha solicitado) la responsabilidad y las tareas necesarias para progresar.
¿Y cómo se hace un pogüer point?
Juniors All Stars
Algunas consultoras grandes tienen programas de captación del talento joven desde universidades. Hacen una especie de draft de la NBA. Además una vez preseleccionados hacen una especie de Grand Prix del consultor con pruebas grupales e individuales para escoger la creme de la creme.
Solo quedarán en pie los mejores
El problema es que esta selección la suelen hacer en universidades privadas y, después de la gymkana que tienen que hacer para ser contratados y el plan de carrera que les ofrecen, llegan al MundoReal™ con ínfulas de jefe, no de Junior. Y claro, diles tú que se peine un Excel para ver errores de datos o que tomen notas en una reunión… Y no están programados para esas tareas mundanas.
Juniors hambrientos
Siguen existiendo, gente joven con ganas de aprender, trabajar, asumir retos y evolucionar. Gente con hambre. No necesariamente tienen que ser los mejor preparados. Yo siempre digo que lo importante es la actitud, no la aptitud.
La aptitud suma. La actitud multiplica.
A una frase motivadora, le pones un fondo de una playa de arena blanca, y ya lo tienes.
Esto no aplica solo a juniors, de hecho es la actitud que hay que seguir teniendo, humildad, curiosidad, y hambre. Como dijo Steve Jobs «Stay hungry. Stay foolish»
Stay hungry, Stay foolish
Senior a la fuerza
La insoportable levedad del ser (consultor), el dejar pasar las olas y las horas y conseguir ser senior por años y no por méritos. Una especie de funcionario amigo del tiempo, arropado en un proyecto/cliente que no le pide más que estar allí y saber sus procesos (ni siquiera cambiarlos).
Y mañana, a cuadrar facturas de nuevo
Senioritos y Senioritas
Los hay también que al leer su firma de Senior Consultant se ponen juguetones, que se lo creen y todo. Da igual su nivel de conocimiento y/o experiencia, ahí pone «Senior» señoría. Y que les da por actuar de jefes, cuando todos hemos tenido juniors que nos adelantan por la izquierda en algo (alabados sean). Un poquito de humildad, de todo el mundo se puede aprender algo. Y cuando tratas a un Junior o Senior o Tornero fresador como un igual sacas oro de esa relación, tanto a nivel personal como profesional.
Vienes a mi escritorio el día de la boda de mi hija… y me pides que resuelva tu incidencia… por dinero.
El Principio de Peter
Esto no es exactamente sobre juniors y seniors, pero allá donde termina el horizonte del senior, aparece el de jefe (de equipo, de proyecto), manager, etc… En estos casos se suele cumplir el famoso Principio de Peter:
En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia: la nata sube hasta cortarse.