El castigo de Sísifo

Volvemos a hablar de mitología griega, en la línea en la que abordamos otros mitos como son el del vuelo de Ícaro y el del Ave Fénix.

El mito de Sísifo

Sísifo, hijo de Éolo, era el rey de Corinto, y su astucia era legendaria. Su vida estaba llena de engaños y tratos oscuros, siempre con el objetivo de obtener poder y beneficios personales. Fue un hombre que desafió a los dioses una y otra vez, engañando incluso a Zeus.

Según el mito, uno de sus actos más osados fue engañar a Hades, el dios del inframundo. Cuando llegó su momento de morir, Sísifo no se conformó con el destino común de los mortales. Logró engañar a Tánatos, el dios de la muerte, encadenándolo y evitando así que pudiera llevarlo al inframundo. Este acto significó que, mientras Tánatos estuvo atrapado, nadie en la Tierra podía morir, lo que trajo grandes problemas a los dioses, quienes dependían del ciclo de la vida y la muerte para mantener el orden del universo.

Sísifo encadenando a Tánatos

Zeus, indignado por el caos que Sísifo había desatado, intervino para liberar a Tánatos y, finalmente, llevar a Sísifo al inframundo. Sin embargo, Sísifo continuó usando su ingenio y, una vez en el inframundo, engañó a Perséfone (esposa de Hades, hija de Zeus y Deméter, diosa del inframundo) para que lo dejara regresar temporalmente a la Tierra, alegando que debía arreglar asuntos pendientes. Perséfone, confiando en su palabra, permitió su salida. Pero una vez de vuelta en la Tierra, Sísifo se negó a regresar al inframundo.

Sísifo convenciendo a Perséfone

Cuando finalmente los dioses lograron capturarlo, decidieron imponerle un castigo eterno que estuviera a la altura de su constante desafío a las normas divinas. Así, Sísifo fue condenado a empujar una roca gigantesca cuesta arriba por una montaña. Al llegar a la cima, la roca siempre caía de vuelta, obligándolo a comenzar de nuevo. Esta tarea se repetiría eternamente, sin descanso, convirtiéndose en el símbolo de un esfuerzo incesante y sin recompensa.

El castigo de Sísifo

Interpretación del Mito de Sísifo

El mito de Sísifo ha sido interpretado de diferentes maneras a lo largo del tiempo. Su historia representa temas como la resistencia humana ante lo imposible, el castigo por desafiar el orden establecido y la lucha constante de las personas en la vida.

Sobre lo que a mi me interesa incidir es sobre la sensación de estar atrapado en ciclos interminables, de trabajos que nunca terminan o tareas sin un fin aparente.

Las rutinas diarias y las obligaciones familiares y sociales pueden, en ocasiones, hacernos sentir como Sísifo, empujando una piedra que nunca deja de caer.

Naces, creces, estudias, trabajas y mueres

El mito de Sísifo en el trabajo

A nivel laboral podemos ver el mito de Sísifo en dos puntos de vista distintos del empleado. Por un lado la desmotivación (Boreout) y por otro el estrés (Burnout)

La desmotivación de Sísifo

Estar en un trabajo monótono, sin metas, sin cambios, sin reconocimientos ni retos, hace que te conviertas en Sísifo llevando todos los días la roca a lo alto de la montaña, para que está vuelva a caer y el siguiente día sea igual, volver a empujar la roca.

Esto genera lo que ya hemos hablado en este blog, el Síndrome del Boreout o desmotivación por aburrimiento.

El agotamiento de Sísifo

En ocasiones, las largas jornadas, los proyectos interminables y la presión por cumplir objetivos hacen que el trabajo se asemeje a ese ciclo eterno del mito. Para muchos, el trabajo puede sentirse como una carrera en la que, a pesar de los esfuerzos, el avance es mínimo.

Esta situación lleva a lo que se conoce como «burnout» o agotamiento laboral, un estado en el que la persona pierde la motivación y se siente atrapada en un proceso sin sentido.

Como Sísifo, la jornada laboral se convierte en una cuesta empinada que parece no tener fin, mientras que la «piedra» puede tomar diferentes formas: correos electrónicos, reuniones interminables, proyectos que no progresan.

La Carrera de la Rata

Esta sensación de repetición y esfuerzo sin recompensa es lo que se conoce como la «carrera de la rata». El término se refiere a la búsqueda constante de éxito, estabilidad económica y prestigio, que se convierte en una trampa. Las personas terminan corriendo en círculos, sin alcanzar un objetivo claro y sin poder salir del ciclo. En esta carrera de la rata, la sociedad impone metas siempre inalcanzables o variables, como un salario más alto, una mejor posición o una vida más cómoda.

La carrera de la rata

Al igual que Sísifo, en la carrera de la rata, las personas avanzan, pero solo para volver a empezar. Cada vez que se logra una meta, otra aparece en su lugar, y así se repite el ciclo. La carrera de la rata genera en muchas personas una profunda insatisfacción y una constante sensación de que, a pesar del esfuerzo, la meta siempre está más lejos de lo que parece.

De esto también hablamos en la la entrada sobre la jaula de oro.


Albert Camus y la Felicidad de Sísifo

Albert Camus, filósofo existencialista, reinterpretó este mito en su ensayo «El mito de Sísifo», argumentando que Sísifo representa el absurdo de la vida humana. Según Camus, la existencia en sí puede parecer absurda cuando no encontramos un propósito claro y nos enfrentamos a tareas que parecen inútiles. Sin embargo, Camus propone una visión distinta: aceptar el absurdo y encontrar libertad en él.

Albert Camus

Camus sugiere que hay que imaginar a Sísifo feliz cuando llega a la cima, pues en su aceptación de la tarea encuentra su sentido. La verdadera libertad, plantea el filósofo, surge cuando dejamos de buscar un propósito externo y elegimos nuestra actitud frente a la vida. Al asumir la monotonía con consciencia y sin resignación, Sísifo supera su castigo y encuentra satisfacción en su propio esfuerzo.

Por traducir, lo que sugiere Camus es un Sísifo que se siente feliz y orgulloso con el trabajo realizado al subir la roca a lo alto de la montaña. Se centra en que la realización de Sísifo sea dada por el esfuerzo realizado no por el sentido global en el que este esfuerzo participa. Esta forma de pensar te saca de la carrera de la rata y de la desmotivación por aburrimiento.


Mi reflexión

Yo, personalmente, he pasado en poco tiempo por las dos consecuencias de convertirme en un Sísifo (Burnout y Boreout). Y creo que la única solución posible es dejar de empujar la roca un rato y pensar si esto es lo que quieres o hay otros caminos con o sin roca que empujar.

Disfrutemos, como el Sísifo de Camus, cuando has terminado tu tarea, para poder romper la rueda de esfuerzo sin sentido. Valora tus esfuerzos pequeños y no necesariamente a nivel global.

El Síndrome del Boreout

Como ya hemos visto en algunas del Blog, en este mundo laboral de consultoría TI es fácil identificar problemas relacionados con el estrés  el agotamiento o la adicción al trabajo. Como hemos hablado en entradas sobre el estrés como El Síndrome de Burnout o en adicción al trabajo como en Workaholic o La jaula de oro.

Pero, sin embargo, existe otro fenómeno igualmente dañino, aunque menos discutido, llamado «Síndrome del Boreout». Este término, relativamente nuevo en el campo de la psicología laboral, describe una condición en la que los empleados experimentan un profundo aburrimiento y falta de satisfacción debido a la infrautilización de sus habilidades, o falta de estímulos, lo que puede llevar a consecuencias graves tanto para la salud mental como para la productividad.

Y otro día en la oficina

¿Qué es el Síndrome del Boreout?

El Síndrome del Boreout fue introducido por Philippe Rothlin y Peter R. Werder en su libro «El nuevo síndrome laboral Boreout: Recupera la motivación» en 2007. Este concepto hace referencia a la experiencia de estar constantemente desocupado o aburrido en el trabajo. Contrariamente al Burnout, que resulta del estrés y la sobrecarga de trabajo, el Boreout surge de la falta de desafíos y la monotonía.  ¿No sabes lo que es el Síndrome del Burnout?

Los empleados que sufren de boreout pueden parecer ocupados, pero en realidad, su trabajo es tan poco estimulante o tan mal asignado que se sienten vacíos y subutilizados.


Motivos de que aparezca el Síndrome del Boreout

Vaya! Qué aburrimiento ¿Tengo que hacer otra lista de motivos de que algo suceda? bah, estoy por dejarlo, luego nadie me da reconocimiento. Bueno, lo haré por inercia. Los motivos de que aparezca este síndrome los podemos englobar en:

  • Tareas Monótonas y Repetitivas: Trabajos que no requieren creatividad o pensamiento crítico suelen llevar a una sensación de inutilidad.
  • Falta de Desafíos: Cuando no te sientes desafiado o no te asignan responsabilidades que correspondan a tu nivel de competencia, puedes comenzar a desconectarte emocionalmente.
  • Mala Asignación de Tareas: A menudo, los empleados tienen habilidades que no se están utilizando en su puesto actual, lo que genera frustración y una sensación de desperdicio.
  • Falta de Reconocimiento: La ausencia de retroalimentación positiva o el reconocimiento de logros también puede contribuir a un estado de insatisfacción y apatía. ¿Para qué voy a escribir esto si nadie le interesa?.

¿Estoy describiendo a un funcionario? Yo me he encontrado con muchos funcionarios en empresa privada, gente que lleva muchos años en la empresa y ya se dejan llevar, sin más desafío que la jubilación.


Consecuencias del Boreout

Bueno, muchas son de sentido común, pero el boreout no solo afecta a los empleados, sino también a las organizaciones. Algunos de los efectos negativos más comunes incluyen:.

  • Desmotivación: Esto es obvio. Los empleados que no se sienten desafiados tienden a perder el interés en su trabajo, lo que afecta su desempeño y su actitud general.
  • Bajo Rendimiento: La falta de motivación se traduce en una disminución de la productividad, lo que afecta directamente a la organización. Si estás poco motivado,, poco puedes ofrecer.
  • Problemas de Salud Mental: El aburrimiento crónico puede llevar a la depresión, ansiedad y otros trastornos psicológicos. El boreout, al igual que el burnout, es un riesgo significativo para la salud mental. Parece una tontería de síndrome, pero la sensación de «vacío» y el estado depresivo, cansado y apáticos afecta,.
  • Alta Rotación de Personal: Los empleados insatisfechos son más propensos a buscar nuevas oportunidades laborales, lo que incrementa la tasa de rotación en las empresas. La búsqueda de retos profesionales, en ocasiones, hacer que nos pasemos de frenada.

Cómo Combatir el Boreout

No es fácil combatir el Boreout, porque cada uno tiene unas motivaciones distintas y lo que a uno de puede valer a otro no. Por ejemplo, a mi eso de las dinámicas de grupo y hacer chorradas en grupo con el equipo, no me va. A otros les engancha.

  • Redefinición de Roles: Revisar y redefinir las responsabilidades para asegurar que los empleados se sientan desafiados y valorados.
  • Desarrollo Profesional: Ofrecer oportunidades de formación y desarrollo para que los empleados puedan expandir sus habilidades y asumir nuevos retos. Yo siempre he dicho que lo mejor es fomentar que tus empleados mejoren su CV y, paradójicamente, no se irán (siendo más atractivos al mundo laboral).
  • Comunicación Abierta: Fomentar una cultura de comunicación abierta donde los empleados se sientan cómodos expresando sus preocupaciones sobre la falta de trabajo o la falta de desafíos. Así mismo hacer partícipes a los empleados de lo que sucede en la empresa, los proyectos en los que se está trabajando, los éxitos y los fracasos y pedir abiertamente si alguien tiene participar en algo, aunque no sea su competencia directa.
  • Asignación de Proyectos Variados: Introducir una variedad de proyectos que requieran diferentes habilidades para mantener a los empleados involucrados y estimulados.
  • Reconocimiento y Feedback: Proporcionar reconocimiento regular y retroalimentación constructiva para asegurar que los empleados sientan que su trabajo es apreciado.

En Conclusión

El Síndrome del Boreout no es solo un problema de aburrimiento en el trabajo; es una amenaza silenciosa que erosiona la salud mental, desintegra la motivación y puede destruir el tejido mismo de una organización. Mientras que el burnout grita con agotamiento, el boreout susurra con apatía, infiltrándose lentamente hasta que la productividad se desploma y la rotación de personal se dispara. Ignorar el boreout es permitir que una enfermedad sutil pero devastadora se propague sin control.

A nivel personal puede ser desalentador, desmotivador y deprimente. Es fácil entrar en ese estado sin que te enteres que estás entrando, porque sobre el papel todo es bueno, pero en tu interior no estás contento.

A nivel organización el boreout nos recuerda que no se trata solo de evitar el estrés; se trata de alimentar constantemente el propósito y la creatividad en cada empleado. Solo así, las organizaciones pueden prosperar en un mundo donde el aburrimiento es tan letal como el estrés.

Perfeccionismo

Hoy vamos a hablar de un tema que me afecta directamente pero que, creo, tengo controlado. ¿Verborrea? ¿Meter la pata? No, eso no lo tengo controlado. Vamos a hablar de ser perfeccionista.

Cuando termines de cortar este lado del césped ya te ha crecido el otro

La Psicología del Perfeccionismo

Psicológicamente, el perfeccionismo surge de un deseo profundo de evitar el fracaso y la crítica. En muchos casos, tiene raíces en la inseguridad y el miedo, dos factores que también alimentan problemas como el Síndrome del Impostor. Este último se manifiesta cuando crees que no eres lo suficientemente competente para la labor asignada, a pesar de tener pruebas objetivas de lo contrario.

El perfeccionismo, aunque en algunas situaciones puede ser una fuerza motivadora, se vuelve problemático cuando llega a niveles obsesivos. Esto puede traducirse en estrés, ansiedad y una continua sensación de insuficiencia. Paradójicamente, en la búsqueda de la perfección, se terminan sacrificando tanto la salud mental como la calidad de vida, dañando la autoestima y las relaciones interpersonales en el proceso.


Lo perfecto es enemigo de lo bueno

Y es que no se es mejor por hacer las cosas de forma perfecta, eso es un ideal inalcanzable. Al querer hacer algo perfecto, no consigues terminarlo nunca o el resultado va a ser peor de si hubieses sabido parar cuando ya era bueno.

La búsqueda constante de mejoras lleva a un ciclo en el que nunca se está satisfecho, lo que puede paralizar la toma de decisiones y la innovación, especialmente en industrias como la tecnología y el desarrollo de software.

Au revoir que dijo Voltaire

El objetivo no es buscar la perfección, sino encontrar un equilibrio entre calidad y esfuerzo. En el mundo de la consultoría TI y SAP, donde los proyectos tienen plazos ajustados y la presión por entregar resultados es constante, es esencial aprender a identificar cuándo algo es «suficientemente bueno«.

El ratio calidad-esfuerzo «perfecto» es el que no intenta llegar a la «perfección»

Parálisis por Análisis

El ser perfeccionista no solo trata de aquello que haces, también trata de lo que planeas hacer. Querer tomar el análisis perfecto como punto de partida para la selección, desarrollo o implementación de una solución tecnológica puede hacer que nunca consigas siquiera iniciar dicha iniciativa.

¿Cuántas iniciativas personales he iniciado y terminado en el análisis? Gastando una cantidad de tiempo energía enormes, y que al final no lo ejecuté porque cuando quise hacerlo ya se me pasó el interés o voló el momento oportuno.

Lo mismo he visto en clientes, que nunca evolucionan por querer hacer el salto tecnológico con todo perfectamente atado y cinco paracaídas. Por suerte, los jefes de tecnología de muchos de los clientes son conscientes de esto, han sido consultores y saben que hay que saltar al vacío y presionarse todos a salir a producción, aunque haya temas pendientes.


Procrastinación: El gemelo malvado del perfeccionismo

Otro aspecto importante a considerar es cómo el perfeccionismo y la procrastinación suelen ir de la mano. Cuando intentamos alcanzar un estándar inalcanzable, es común retrasar el inicio de tareas importantes, precisamente por el miedo a no cumplir con esas expectativas. El perfeccionista puede postergar decisiones o acciones con la esperanza de que, con más tiempo, logrará acercarse a ese ideal. Sin embargo, esta dilación puede llevar a una sobrecarga de trabajo en el último minuto, comprometiendo la calidad final y aumentando los niveles de estrés.


Delegar o no delegar, esa es la cuestión

El perfeccionismo no solo afecta cómo abordas tus propias tareas, sino también cómo gestionas las tareas de los demás. Si eres un líder de equipo o un consultor, es posible que te cueste delegar, pensando que «nadie más puede hacer el trabajo tan bien como tú». Este comportamiento, lejos de ser eficiente, puede llevar a un agotamiento personal y a una falta de confianza dentro del equipo. Aprender a confiar en las capacidades de otros y aceptar que el trabajo de un compañero puede ser «suficientemente bueno» es clave para romper con la trampa del perfeccionismo.

Impacto en la Innovación: El dilema de la Beta perpetua

En el mundo del desarrollo de software, el perfeccionismo puede frenar la innovación, especialmente en proyectos ágiles que requieren iteraciones rápidas. Hay equipos que nunca lanzan una versión porque siempre hay «algo más que mejorar». Este fenómeno, conocido como «beta perpetua», puede estancar proyectos y evitar que una solución llegue al mercado en el tiempo necesario. A veces, es más importante lanzar y aprender de los errores, que esperar a tener un producto impecable desde el inicio.

Aprendiendo a soltar: El arte de «dejarlo ir»

Una de las habilidades más valiosas en la vida profesional y personal es aprender a soltar. El perfeccionismo puede hacer que te aferres a detalles insignificantes, perdiendo de vista el panorama general. Adoptar la mentalidad de «mejor hecho que perfecto» no significa conformarse con la mediocridad, sino entender que cada proyecto o tarea tiene un punto de rendimiento decreciente, donde el esfuerzo adicional no se traduce en mejoras significativas. Soltar es un acto de confianza en uno mismo y en los demás.

En Conclusión

El perfeccionismo puede ser tanto un impulso hacia la excelencia como una trampa paralizante. Es mejor hacer cosas imperfectas que no hacer nada por intentar llegar a un estándar inalcanzable. Lo esencial es aprender a identificar cuándo algo es «suficientemente bueno» y entender que, en muchos casos, lo perfecto es enemigo de lo bueno. La clave está en avanzar, incluso si no todas las piezas están perfectamente alineadas, porque en el camino se aprende y se mejora.

Podría continuar con este artículo ahondando en estrategias para manejar ese estado, pero bah,o voy a dejar aquí, que ya se entiende lo que quería expresar.

Espera, creo que este artículo todavía se puede mejorar más. ¡Pongamos más gifs animados!

¡No! Tampoco lo van a leer tantos y en algún momento tienes que cerrarlo. Total, te va a salir mal porque en realidad eres un impostor que vas de listo.

Éxito

He fracasado, intenté realizar un cambio, emprender un nuevo camino, alcanzar nuevas metas, llegar al éxito, pero aquello no funcionó. Pero he llegado al éxito después del fracaso.


¿Qué es el éxito?

Pues cada uno tendrá su definición de éxito, pero hay que tener mucho cuidado con algunas consideraciones de éxito.

  • ¿Es éxito ganar mucho dinero? Depende del pago que debes realizar para conseguirlo.
  • ¿El éxito es ir ascendiendo en puestos en la empresa? El principio de Peter golpea duro.
  • ¿El éxito es tener un  BMW, Mercedes, Lamborghini? Cuidado con la Jaula de Oro.
Si estás pensando que es mejor llorar en un Lamborghini, ánimo

Más no es mejor. Mejor es mejor

En el mundo en el que vivimos del ya, del ahora, de los perfiles de Instagram, LinkedIn, TikTok, Redes Sociales, de los Likes, etc. Parece que el éxito solo existe cuando se puede medir. Lo marcará el número de Likes, contactos, salario, estatus, nombre anglosajón  de tu puesto de trabajo (¿Vice President? ¿En serio?), fotos de viajes, número de países visitados o fotos de comidas en restaurantes en Instagram.

Sin embargo, hay otros criterios no medibles que, en una primera instancia, por el simple hecho de no poder ser medidos y poder «demostrar» cuanto de eso tienes, son menospreciados. Y, sin ningún lugar a dudas, son los más importantes. Criterios como:

  • Sentirte realizado y valorado en el trabajo
  • Tener una red de amigos en el mundo laboral
  • Ocio
  • Tiempo libre
  • Tiempo de calidad con tu familia
  • Tiempo para hacer ejercicio o deporte

Es decir, tiempo para ser tú mismo, para desarrollarte como persona, para estar con los tuyos, para mejorar tu cuerpo, mente y energía, para ser feliz. El problema es que el dinero no puede comprar el tiempo, suele ser al revés, cuanto más dinero quieres ganar, menos tiempo te deja ese puesto de responsabilidad. ¿De verdad compensaba ese ascenso?.


Tu vida solo pasa una vez en tu vida

Y es que hay cosas que no tienen una segunda oportunidad.

Tus hijos sólo nacerán una vez en la vida, sólo tendrán edad para que les cuentes un cuento por la noche durante un periodo corto del tiempo.

Tu cuerpo, cuando quizás ya sea tarde, explotará diciéndote que no te has levantado de la silla durante años, que has dormido mal, que has tomado demasiado café o cervezas y que no has movido el culo.

Tu pareja estará contigo por costumbre, por inercia, por conveniencia, pero no compartiréis el camino común.

Y finalmente tú, te darás cuenta cuando tengas 50, 60 o 70 años que lo has dado todo por un proyecto que no es el tuyo, por una empresa que no es la tuya y que no has construido tu identidad aparte de ese trabajo. Que no eres nadie, y estás vacío, y cuando te jubiles, no sabrás qué hacer esas 10-12 horas al día que antes gastabas en el trabajo.


Ser, Estar, Parecer

De pequeño me enseñaron que los verbos copulativos son Ser, Estar y Parecer. Y hay gente que parece ser que se queda con el «Parecer» y se olvidan del «Ser» y del «Estar».  Cierto es que ‘Ser’ y ‘Estar’ es mucho más complicado que ‘Parecer’, porque no tienen fin, no hay un momento en el que llega alguien que te pone la medalla del ‘Ser’ algo concreto y que para ‘Estar’ es necesario estar y gastar tu tiempo en ese ‘Estar’. Y es mucho más fácil «Parecer» porque no cuesta, no duele y no tienes que renunciar a nada.


Pirámide de Maslow

La pirámide de Maslow, también conocida como la jerarquía de las necesidades de Maslow, es una teoría psicológica propuesta por Abraham Maslow en su trabajo de 1943 «Una teoría sobre la motivación humana». Esta teoría sugiere que las necesidades humanas se encuentran organizadas en una jerarquía de cinco niveles, y que las necesidades más básicas deben ser satisfechas antes que los individuos puedan atender a necesidades más elevadas. La pirámide se divide en cinco niveles, que van desde las necesidades más básicas hasta las más complejas.

Si os dais cuenta, en una persona ‘sana’ (bueno eso es otro debate) primero hay que satisfacer ciertas necesidades básicas hasta llegar a la autorrealización. Nos podemos enrollar con esto de la pirámide de Maslow, pero si te interesa hay mucha información en Internet.


Conclusión

Cada uno tendrá su definición de éxito, y su forma de ver la vida. La mía, después de transitar sobre varios terrenos y después de muchos errores, es esta. Intento ser y estar en aquello que es importante, incluido el trabajo por supuesto. Y agradezco tener mucha gente en mi profesión que me quiere y me valora, y no sólo por mi valía profesional.

El éxito no es la clave de la felicidad. La felicidad es la clave del éxito. Si amas lo que haces, tendrás éxito.

Albert Schweitzer

Fdo: Jorge Ocampos

Padre, Compañero y Consultor

De Ícaro a Fénix

Hoy traigo Mitología Griega que me encanta, todo muy coherente con el sentido del blog (no). Bueno, veréis como sí tiene que ver con nuestra profesión (o cualquiera) y las motivaciones, debilidades y fortalezas humanas.

(Todas las imágenes han sido generadas con ChatGPT y Dall-E 3)

El Mito de Ícaro

Cuenta la leyenda de la mitología griega que Ícaro era el hijo de Dédalo, un talentoso inventor y arquitecto ateniense. Dédalo era famoso por haber construido el Laberinto en Creta, donde el rey Minos encarceló al Minotauro (esa es otra historia), una criatura mitad hombre y mitad toro.

Sin embargo, tras ayudar a Teseo a matar al Minotauro y escapar del Laberinto, Dédalo cayó en desgracia con el rey Minos. Como castigo, el rey Minos encerró a Dédalo y a su hijo Ícaro en una torre alta en Creta para evitar que escaparan y difundieran los secretos del Laberinto. Sin embargo, Dédalo, con su ingenio, ideó un plan para huir: construir alas hechas de plumas de aves y cera para Ícaro para poder volar sobre el mar y escapar de la isla.

Antes de iniciar el vuelo, Dédalo advirtió a Ícaro que no volara demasiado alto ni demasiado bajo. Si volaba demasiado bajo, el agua del mar empaparía las alas y lo haría caer. Si volaba demasiado alto, el calor del sol derretiría la cera que mantenía las plumas unidas.

Lleno de emoción por la experiencia de volar, Ícaro olvidó las advertencias de su padre y, embriagado por la sensación de libertad, comenzó a ascender cada vez más alto en el cielo. Al acercarse demasiado al sol, la cera de sus alas comenzó a derretirse, haciendo que las plumas se desprendieran. Sin posibilidad de mantener el vuelo, Ícaro cayó desde el cielo y se hundió en el mar, donde se ahogó. El lugar donde Ícaro cayó fue nombrado en su honor: el Mar Icario.

Reflexión sobre el Mito de Ícaro

La leyenda de Ícaro se puede interpretar como una advertencia sobre los peligros de la desmesura, el exceso de confianza y la desobediencia. La ambición de Ícaro lo llevó a ignorar los límites y las precauciones, lo que resultó en su caída.

Para mi, o sobre lo que yo quiero reflexionar en este artículo, es que hay que tener cuidado con la ambición, saber medir los riesgos, controlarse y controlarlos. Nada es gratis y, si intentas volar muy cerca del sol, es muy posible que te quemes.

Así que la próxima vez que sientas el deseo de volar más alto que nunca, recuerda que incluso el cielo tiene sus límites. Pero, claro, eso no significa que no debamos intentar volar.


El Mito del Ave Fénix

En un rincón lejano del mundo, mucho antes de que la humanidad pudiera siquiera imaginar criaturas fantásticas, existía un ser único, majestuoso y envuelto en misterio: el Ave Fénix. Era un ave radiante como ninguna otra, con plumas doradas y rojas que parecían llamas vivientes. Pero lo que hacía especial al Fénix no era solo su belleza, sino su increíble capacidad para renacer de sus propias cenizas.

Cuenta la leyenda que el Fénix vivía en un paraíso escondido, donde el tiempo pasaba de manera diferente. Su vida no era corta como la de otras aves, sino que duraba siglos. Sin embargo, el Fénix sabía que, al igual que todo en el universo, su tiempo también llegaría a su fin. Cuando empezaba a sentir el peso de los años y la fatiga en sus alas, el Fénix se preparaba para el gran momento: su renacimiento.

Cuando el tiempo llegaba, volaba hasta lo más alto del cielo y, desde allí, descendía en un vuelo majestuoso hacia su nido hecho de ramas de especias y plantas aromáticas. Una vez en su nido, el Fénix dejaba que las llamas lo envolvieran, ardiendo con un fuego brillante y purificador. Todo su cuerpo se consumía en ese fuego, hasta que no quedaba más que un montón de cenizas.

Pero aquí es donde ocurría el milagro: de esas mismas cenizas, entre el humo y el calor residual, nacía un nuevo Fénix, joven y lleno de vida. Con un poderoso aleteo, este nuevo ser emergía, más hermoso, con más energía y más resplandeciente que antes. Y así, una y otra vez, el Fénix vivía y moría, solo para resurgir con más fuerza.

Reflexión sobre el Mito del Ave Fénix

Resumen rápido: Cuando te caes, te levantas, aprendes y mejoras.

El mito del Ave Fénix es un poderoso mensaje sobre resiliencia, renacimiento y esperanza. El Fénix simboliza la capacidad de resurgir de las cenizas, incluso después de haber pasado por momentos de destrucción o pérdida.

Este mito nos recuerda que, aunque atravesemos dificultades, fracasos o situaciones dolorosas, siempre existe la posibilidad de volver a levantarse y comenzar de nuevo, renovados y fortalecidos.

¿Por qué cuento esto? ¿Qué relación tiene?

Bueno, digamos que es una reflexión personal que estoy contando en público. Es muy fácil convertirse en Ícaro, querer volar demasiado cerca del sol pero que tus capacidades, tu entorno, las alas que tienes o el destino donde quieres volar te hagan caer, y la caída es dura.

Pero es más difícil, una vez habiéndote convertido en cenizas, como el Ave Fénix, al volar tan cerca del Sol, resurgir de tus cenizas, aprender de los errores y hacer que ese tropiezo sea una lección aprendida que te haga resurgir con más fuerza, siendo más consciente de lo bueno que tienes y queriendo mejorar.

Y en eso estamos:

De Ícaro a Fénix